En las aguas subterráneas del Desierto de Atacama en Chile, a través de una reacción natural que combina el sodio con el potasio propio de los suelos del desierto, se produce la sal baja en sodio que posee el sabor salado natural típico de la sal común, pero con una reducción de 37% en sodio; 100% natural, sin conservantes y sin aditivos.
Una opción saludable para reemplazar la sal común 1:1, manteniendo el sabor y funcionalidad en procesos de diversos alimentos; sin resabios metálicos en sus productos.
